Todos hemos escuchado y pronunciado en alguna ocasión aquello de “los últimos serán los primeros”, ¿verdad? Sin embargo, curiosamenteha sido todo lo contrario lo que me ha ocurrido con Amerzone: The Explorer’s Legacy, el juego que hoy me dispongo a analizar y que será el primero de una serie de títulos de los que me declaro abiertamente seguidor incondicional aunque no por ello voy a dejar de mencionar las carencias o defectos de los mismos, si los hubiera.
Este título fue la primera creación en el medio de Benoit Sokal, quien falleció el pasado 28 de mayo tras una larga enfermedad. Fue, para quien no lo sepa, el creador entre otras obras (tanto en el ámbito del cómic como de los videojuegos) de la saga de aventuras gráficas Syberia cuya cuarta y, por ahora, última entrega, verá la luz en PC el próximo día 10 de diciembre y el año que viene, sin fecha ni plataformas definidas, en consolas. Tanto en Steam como en GOG está disponible el prólogo del juego de manera gratuita.

Pero ya habrá tiempo de hablar del susodicho juego en su momento pues ahora es el turno de otro título del que supe mucho después de haber conocido y disfrutado del Syberia original. Y todo fue porque, en un momento de la historia, se hace mención a Amerzone y mi curiosidad me llevó a descubrir que había un juego con dicho nombre, basado a su vez en un comic de 1986 del mismo autor. No obstante, no fue hasta hace bien poco que recordé todo aquello al volver a jugar a los primeros Syberia. Decidí entonces buscar este Amerzone, encontrándolo en Steam a bajo precio y, tras comprarlo, me dispuse a disfrutar de él.
Amerzone: The Explorer’s Legacy es el nombre completo de una aventura gráfica de corte clásico basada en la conocida mecánica de point & click en la que tomamos el papel de un periodista que visita a un ya anciano explorador, el cual tras narrar su historia nos pide que llevemos un objeto de gran valor de vuelta a su lugar de origen. Para ello tendremos que arreglárnoslas para iniciar el viaje hacia Amerzone y, una vez allí, dirigirnos a nuestro destino superando todos los obstáculos que hallemos en el camino.

Como mencioné antes, estamos ante un juego en el que nos moveremos e interactuaremos con los diferentes elementos a golpe de ratón, desplazando el cursor por la pantalla y prestando atención a los cambios en su apariencia, que indicarán que podremos llevar una determinada acción en ese punto concreto. Podremos coger objetos y colocarlos en otros lugares y documentos que nos den información sobre los hechos acaecidos. Estos pueden también contener pistas sobre los pasos a seguir por lo que es muy importante leerlos y revisarlos si nos quedamos atascados.
A nivel técnico, los escenarios son fijos y están recreados con gráficos pre renderizados. Nos desplazaremos por ellos desde una perspectiva en primera persona pero no en tiempo real sino en lo que podría llamarse “saltos de secuencia”. Es decir, en cada escena apareceremos en un punto concreto, más o menos alejado del anterior, y durante la permanencia en cada uno solo será posible mover libremente la cámara tanto horizontal como verticalmente, con lo que disfrutaremos de una vista de 360º del entorno.

En lo sonoro, Amerzone basa su premisa casi todo el tiempo en el ruido ambiente del sitio en el que estemos. Así, dependiendo de este, escucharemos por ejemplo sonidos de maquinaria o una mezcla de cantos de pájaros en la espesa jungla. Por otra parte, y sin ánimo de descubrir nada antes de tiempo, los personajes con los que nos cruzaremos son escasos así como también lo son sus diálogos, los cuales no están subtitulados. Por fortuna, si han sido doblados al castellano por lo que, junto a la traducción de los textos de los documentos, se logra que no perdamos el hilo de la historia en ningún momento.

Amerzone: The Explorer’s Legacy es un juego que se deja jugar siempre y cuando se acepte como es, con sus cosas buenas y malas o, si se prefiere, menos buenas. Resulta evidente que, en términos de narrativa, propuestas como esta hace mucho que fueron superadas pero ello no significa que no se puedan disfrutar. Personalmente, yo sí que he quedado contento en este caso precisamente porque no esperaba otra cosa a nivel técnico que lo que me encontré. En cuanto a la historia pues solo puedo decir que se nota la mano del autor en su creación por las similitudes con la que luego ha sido su, para mí, mejor obra en este mundillo de los videojuegos: Syberia, de la cual hablaré próximamente…
