Dr. Muto Logo

Normalmente suelo analizar aquellos juegos que he disfrutado. Sin embargo, a veces también hay que sacar la fusta para poner en su sitio aquello que no ha sido una experiencia agradable como la que he vivido con este Dr. Muto. Y no es que sea un mal juego. No lo es pero ya os aviso a quienes oséis adentraros en su propuesta que os vais a encontrar con un verdadero desafío solo al alcance de los más habilidosos y, sobre todo, pacientes. Porque, a pesar de que me considero uno de estos últimos, incluso a mí me ha sacado de mis casillas en varias ocasiones

El Dr. Muto, desde que era niño, mostró siempre una enorme inquietud y tenacidad por la ciencia creativa, si bien sus experimentos no fueron lo que se dice un éxito. Ahora se enfrenta a su mayor reto: recomponer su propio planeta, destruido durante lo que él pensaba que solo había sido un mal sueño. Para ello, deberá visitar otros mundos próximos, dominados por una corporación llamada Industrias Burnital con el objetivo de recuperar las piezas del Genitor 9000, aparato que necesita para volver a juntar los trozos desperdigados por el espacio. También tendrá que hacerse con el combustible, un mineral llamado Terra y la mayor cantidad de isótopos posible para hacerlo funcionar.

Una tarea nada sencilla de llevar a cabo pero frente a la que no estará solo. Contará con la inestimable “ayuda” de AL, una inteligencia artificial que nos irá guiando a medida que avancemos, además de aprovechar cualquier instante para “pinchar” al protagonista con sus comentarios. Y, por supuesto, Muto no estará del todo indefenso, ya que cuenta con una de sus creaciones, la Pistola Splizz, que usaremos para destruir a nuestros enemigos y objetos rompibles como cajas de madera y recoger ADN de algunas criaturas que luego usaremos para transformarnos hasta en cinco formas diferentes.

Y en esta ocasión, a diferencia de lo que suele ser habitual, voy a empezar hablando de su apartado técnico porque la jugabilidad, que tiene su miga, la quiero dejar para el final. En lo visual, Dr. Muto posee ese estilo tan característico de los plataformas de principios de siglo, con escenarios de apariencia “cartoon” que disimula las carencias gráficas. También los personajes, tanto el protagonista como los enemigos y otras criaturas, siguen la misma linea pero con más detalle. Por lo habitual, el juego se mueve sin problemas aunque, en un nivel concreto en el que nos desplazamos en el aire sí me he encontrado con una ralentización bastante seria en cierto momento de la acción. Por suerte ha sido algo puntual.

En cuanto al sonido, no puedo decir mucho de las melodías puesto que, debido a su escasa presencia, apenas les he prestado atención, así que podemos decir que no destacan especialmente. Los efectos por su parte están bien, cumplen su cometido a lo mismo que las voces de aquellos personajes que cuentan con diálogos, todas ellas dobladas al español. No obstante y como dato curioso, llama la atención que las secuencias se hayan mantenido en el idioma original. Por suerte, los subtítulos nos ayudan a no perdernos nada.

Toca hablar de la jugabilidad. Estamos, como resulta obvio por las imágenes, ante un título de plataformas en 3D que cuenta además con algunos puzzles y minijuegos adicionales que dotan de cierta variedad al conjunto. Así, en ocasiones tendremos que utilizar un cañón para derribar enemigos o activar ciertos mecanismos y, cuando dispongamos de la transformación en ardilla, podremos hacer recorridos a través de anillos que otorgarán un trozo de Terra como recompensa una vez los completemos, eso sí, sin el más mínimo fallo pues ello obliga a empezarlo de nuevo.

Las transformaciones son el pilar fundamental de Dr. Muto. Una vez tengamos la cantidad y variedad de ADN necesarias, seremos capaces de transformarnos en diversos animales (un ratón, un gorila, un pez, una araña o una ardilla). Es importante decir que no podremos utilizar a nuestro gusto estas transformaciones sino que están limitadas a cada zona, por lo que emplearemos solo las que el juego nos deje escoger.

No obstante, además de esto y lo mencionado al principio, Muto contará con otros elementos potenciadores que solo estarán disponibles cuando encontremos cierto número de piezas de chatarra. De esta forma accederemos a gadgets temporales que nos impulsarán hacia las alturas, harán invisibles o invulnerables o potenciarán el doble salto que el protagonista es capaz de realizar.

La cámara es un elemento que en muchos momentos no se comporta como sería deseable, bloqueando la visión de la acción. Esto sucede tanto durante algunos combates como en zonas de saltos, en los que una buena perspectiva es vital para calcular el movimiento. Donde más se nota esto es cuando toca desplazarse con la forma de gorila por redes en sentido horizontal y llega el instante de hacer un salto de una red a otra. Un salto tan justo en su distancia que solo pulsar el botón una décima antes o después implica una caída mortal.

Es curioso que la primera vez que utilizamos esta transformación para dicha tarea la cámara esté situada en un punto elevado que nos permite apreciar mejor la distancia pero luego, en las siguientes, se sitúa en un punto más bajo, justo detrás del personaje, lo que no hace posible calcularla de igual forma. Además, hay que añadir el hecho de que, de manera predeterminada, la cámara venga invertida si bien dicha inversión no se aplica en todas las situaciones. Esto, sumado a su lento movimiento y giro, complica todavía más si cabe el avance en muchas situaciones.

Por si lo dicho fuera poco, nuestro protagonista es sumamente vulnerable a los ataques enemigos, impactos contra zonas de peligro o caídas desde lo alto. Para haceros una idea, un corazón de vida requiere de 20 unidades de salud para ser llenado/ganado (en un máximo de seis, no se pueden tener más), pero basta un toque para perderlo. No puede negarse que el juego es bastante injusto en este sentido pero es lo que hay.

Además, los puntos de guardado son escasos, si bien no siempre habrá que comenzar de nuevo desde ellos si nos matan, pero sí cuando queramos guardar y cargar la partida. Y no es nada agradable perder buena parte de lo avanzado si no somos capaces de llegar al siguiente punto para salvar todo. Estamos por tanto ante uno de esos títulos no aptos para todo el mundo debido a una elevada dificultad agravada, como ya he comentado, por los problemas con la cámara.

Dr. Muto es un juego que me ha dejado con sensaciones contradictorias. Como propuesta me gusta desde que lo conocí en su momento gracias a una demo publicada en la revista oficial de Xbox pero ahora, años después y tras poder por fin jugarlo completo, me he encontrado con un título no carente de problemas que lastran lo que debía de ser una grata experiencia. Como dije al principio del post, no es mal juego pero si al menos hubiera tenido una cámara que siguiera mejor la acción y no te dejara vendido casi a cada momento hablaría de él en otros términos. Porque ya es un reto bastante complicado de por sí como para, encima, tener que tratar de controlar algo que se vuelve incontrolable demasiado a menudo.

No sé si este análisis os hará querer probarlo o desecharéis la idea pero tened en cuenta que os he hablado de mi experiencia, que no tiene por qué ser la vuestra. Evidentemente, la mejor forma de salir de dudas es afrontar el reto aunque eso es algo que, a día de hoy, no es nada fácil por lo complicado que resulta acceder al título. Pero, si lo hacéis, sabed que me encantará conocer vuestras impresiones… 

Si te ha gustado, compártelo:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *