He de admitir que siento cierta debilidad por los ambientes post apocalípticos, aunque ello no significa que me gusten todos los juegos que hagan uso de ellos. Hay otro factor a tener en cuenta: la sensación de soledad que provoca, a su vez, una profunda melancolía ante el recuerdo de lo que cuanto nos rodea fue una vez y es durante el momento en el que nos sitúa la historia que se nos quiera contar. Sin ir más lejos, Horizon Zero Dawn consiguió crear muy bien este efecto cuando pasábamos por las ruinas de la ciudad, invadidas por la vegetación pero incluso me gustó más cómo me lo ofreció Submerged o el juego que hoy es protagonista, In Rays of the Light, que tiene bastante más cosas en común con este último que con la obra de Guerrilla.
Estamos ante un remake de un título de 2012 llamado “The Light”. Su autor, Sergey Noskov, nos pone en la piel del único habitante de una ciudad universitaria de la antigua Unión Soviética en completo abandono y consumida por la naturaleza. No sabemos quiénes somos ni cómo hemos llegado allí pero eso carece de importancia ante el mensaje que se nos va desvelando con la clara intención de hacernos reflexionar sobre las consecuencias de ciertos actos y nuestro sitio real como sociedad, e incluso especie, en la vida y el destino del mundo.

Como juego, In Rays of the Light es lo que se conoce en el argot como un walking simulator en el que únicamente nos dedicamos a explorar el lugar en busca de pistas que nos ayuden a descubrir lo ocurrido. No debemos preocuparnos por la presencia de enemigo alguno, si bien ello no quita que tengamos algún que otro momento de tensión pero sin una amenaza real de muerte. El único desafío al que tenemos que hacer frente son los puzzles que nos vamos encontrando, algunos complicados pero no en extremo difíciles.
Podemos andar o correr (sin fatiga) si el primer movimiento nos parece demasiado lento además de saltar, aunque la capacidad de salto del personaje es bastante limitada pero útil en según qué situaciones. Así mismo, hacemos uso de varios objetos, algunos de los cuales forman nuestro inventario como, por ejemplo, la linterna que cogemos nada más comenzar la aventura. Con otros simplemente interactuamos de una manera o de otra.

Visualmente, In Rays of the Light es un juego agradable, bastante bien hecho aunque no llegue a la calidad de las grandes producciones. Eso se nota en el nivel de detalle de algunos elementos pero, en lineas generales, el ambiente descrito al principio está muy logrado gracias también a un muy buen uso de la iluminación tanto en espacios interiores como en el exterior. A este respecto, me ha gustado la física aplicada a los movimientos de la luz de la linterna o la llama del encendedor, que se sienten naturales al no seguir al del personaje de manera inmediata sino que son arrastrados por este.
En lo sonoro es más discreto, pero no por su calidad sino por su presencia, pues aparte de los escasos sonidos del propio ambiente (como el canto de los pájaros en el exterior), solo una suave música nos acompaña en momentos puntuales, lo que no solo contribuye a generar en el jugador esa antes mencionada sensación de melancolía sino que, dicho sea de paso, nos dice de una manera sutil que estamos avanzando. Solo hay un par de momentos de diálogo hablado en el idioma original y ni los textos ni lo subtítulos están traducidos al español, siendo el inglés sin duda la opción más asequible para la mayoría de usuarios (los otros dos idiomas son el alemán y, por supuesto, el ruso).

In Rays of the Light, como juego de autor que es, supone una experiencia muy particular que, dicho sea de paso, tampoco dura mucho tiempo dado que se trata de un título bastante corto que, siendo un poco hábil, puede completarse de un tirón. Si merece la pena o no invertir tiempo y dinero en él es algo que debéis juzgar por vosotros mismos. A mí al menos me ha entretenido.
