Nos fascina el terror pero eso se debe a que lo experimentamos desde nuestra zona de confort. No importa lo sumergidos que estemos en la historia porque sabemos que no nos va a suceder nada malo. Pensaríamos algo muy distinto si fuéramos de verdad los protagonistas de algunas historias como la de, por ejemplo, Layers of Fear. Veríamos entonces cuántos llegaban al final sin morir o, como mínimo, volverse locos.
Tormento interior
Layers of Fear cuenta la historia de un pintor, antaño famoso, ahora hundido en el alcoholismo y obsesionado con su obra. Como jugadores, encarnamos en una vista en primera persona a dicho personaje en su siniestro recorrido por la vivienda familiar con la intención de finalizar un último cuadro mientras vamos conociendo (o más bien recordando) detalles de su agitada vida y las de su mujer e hija.
Un camino sin retorno
La atmósfera que se respira en el lugar llega a ser agobiante a causa de los continuos cambios que sufren las diversas estancias de la casa en cada recorrido que efectuamos. Durante nuestro periplo podemos buscar documentos, fotográfias y otros objetos en cajones, armarios y vitrinas, cuya interacción ha sido llevada a cabo de una manera un tanto curiosa pero muy lograda. Así, para abrir o cerrar una puerta o un cajón debemos pulsar el botón asignado para coger el pomo y mantenerlo mientras movemos el stick hacia atrás o adelante para, respectivamente, estirar o empujar de él.
Hay que advertir que, salvo en momentos concretos, no podremos volver sobre nuestros pasos dado que una vez que atravesemos una puerta, esta se cerrará. Detalle muy a tener en cuenta especialmente cuando nos veamos obligados a hacer una elección o tomar una decisión que tendrá sus consecuencias al influir en mayor o menor medida en el devenir de la historia.
Belleza inquietante
Visualmente, Layers of Fear ofrece entornos, objetos y una ambientación muy realistas, gracias en gran medida a una buena aplicación de la iluminación general. Sin embargo, en este sentido no se puede decir lo mismo del protagonista, dado que nunca llegaremos a verlo en pantalla. Lo que sí estará siempre presente es la tensión (que llevará a algún que otro salto) provocada por ruidos inesperados que se unen a la suave y melancólica pieza de piano que actúa como tema principal. Las voces están en inglés pero los textos sí están traducidos, eso sí, con un tamaño de letra demasiado pequeño que cuesta leer.
VALORACIÓN OBJETIVA
Una excelente ambientación, una historia repleta de dolor y angustia, y un apartado gráfico de calidad son el fidedigno retrato de Layers of Fear, una obra digna de ser contemplada y vivida por todo aquel que se considere amante del género de terror y muy en particular de su vertiente psicológica.
VALORACIÓN PERSONAL
Layers of Fear ha supuesto mi regreso a los juegos de terror tras largos años de ausencia por la falta de propuestas de mi agrado. Y es que, en un género plagado de zombies y otros monstruos físicos y/o etéreos, propuestas que ahonden en la psique humana y los miedos internos son de agradecer, y más si están tan bien hechas. Espero disfrutar en un futuro próximo de su secuela tanto como lo he hecho con esta entrega.