Si algo me gusta de no estar pendiente de toda la información que a diario se genera en este ámbito del videojuego o en cualquier otro es el hecho de dejarme sorprender por propuestas inesperadas de las que nada sabía hasta el momento. Y si bien ya os adelanto que el reto que ofrece no es precisamente largo, sí puedo afirmar que Papetura, el juego que me dispongo a analizar, es una pequeña joya que ya merece la pena solo por su puesta en escena.

Papetura tiene lugar en un extraño pero a su vez hermoso mundo de papel que se ve de pronto en peligro a causa de la presencia de un ser flamígero que amenaza con destruirlo todo. Nuestro protagonista, de aspecto similar a un frágil pergamino, debe tratar de impedir que eso suceda, para lo cual recorrerá diferentes entornos teniendo que resolver diversos puzzles por el camino.
La mecánica de Papetura está basada en el clásico point&click de las aventuras gráficas pero simplificada y adaptada al manejo con gamepad (al menos en lo que a consolas se refiere, pues la versión a la que he jugado y estoy analizando es la de PlayStation 5). En consecuencia, no disponemos de un cursor para señalar todo aquello con lo que queramos interactuar, ya sea para mover al personaje o para seleccionar o accionar algún objeto. En lugar de eso, veremos aparecer un sencillo icono que nos indicará qué es lo que podemos hacer.

Papetura carece de textos tanto durante el desarrollo del juego como en los menús, aunque los dibujos con los que se representa cada opción no son difíciles de comprender. Y lo mismo se puede decir de los “diálogos”, cuya representación mediante bocadillos al estilo de los comics recuerda bastante a la vista en esa otra gran obra del género que es Machinarium, si bien su representación gráfica es diferente. Lo mismo se puede decir a la hora de obtener pistas si nos quedamos atascados, pues también en este caso hay que superar previamente un breve pero no siempre sencillo minijuego para recibir la ayuda.
Tampoco escucharemos diálogo alguno a lo largo de la aventura, quedando el apartado sonoro limitado a los efectos empleados y a una banda sonora cuyas melodías ambientan el mundo y la historia que se nos cuenta a la perfección.

En cuanto a su apartado visual, poco puede decirse pues ya las imágenes que acompañan a este análisis hablan por sí mismas, En cada uno de los escenarios se aprecia sobradamente una exquisitez que se acentúa aún más sabiendo que, a excepción de algunos elementos, todo ha sido recreado antes a mano, a modo de maqueta, siendo después digitalizado para su posterior representación en el juego. Un auténtico trabajo de artesanía digno de ser alabado, tanto por su notable calidad como por el hecho de que sea algo que ya muy rara vez se da en estos tiempos.

Precisamente por esto es por lo que más prendado he quedado de Papetura. Y por ello es que también invito a todo aquel que sea apreciar las cosas buenas como se merecen a que le dé una oportunidad, independientemente de su brevedad. Yo lo he hecho y aunque no puedo negar que me habría gustado que me hubiera durado más, estoy en lineas generales muy contento con la que ha sido mi primera adquisición de salida desde que Syberia: The World Before cayera en mis manos hace ya unos meses.
