Hay juegos que tienen un “algo” especial, que no dejan indiferente a nadie. Puede ser su apartado gráfico, su historia (si la tiene), su jugabilidad o su música. Pero también puede ser el conjunto de todas estas características, lo que de manera inmediata lo convierte en un título perfecto. No existen muchos ejemplos pero uno sería, sin la menor duda, el que me dispongo a analizar hoy en el blog. Acompañadme en este recorrido por las Islas Arcoíris o, como todos las conocemos, Rainbow Islands…
Rainbow Islands es la secuela de otro gran clásico, Bubble Bobble, la cual no se limita como hemos visto en tantas ocasiones a repetir la fórmula del éxito con escasos añadidos sino que la reinventa y mejora, convirtiendo a este título en una joya de tal calibre que casi podría haber prescindido de cualquier lazo de unión con el original porque brilla por si mismo con una fuerza e intensidad que, en muchos aspectos, deja seguro en pañales a una gran cantidad de juegos de su género incluso a día de hoy.

El juego nos pone en la piel de Bubby y Bobby, los protagonistas de la entrega anterior que, tiempo después de lo acontecido y nuevamente con aspecto humano, se disponen ahora a rescatar a los habitantes de su hogar, las Rainbow Islands, que han sido encerrados y transformados por un misterioso dragón burbuja gigante llamado Boss of Dark Shadow. Para llegar hasta él deberán visitar cada una de las islas y derrotar a todos sus secuaces.
Nuestro objetivo en cada una de las pantallas es ir subiendo por las plataformas a medida que acabamos con los enemigos que nos salen al paso. Todo ello dentro de un tiempo límite del que se nos avisa cuando falta poco para su conclusión con el clásico mensaje “Hurry!!”, seguido de una masa de agua ascendente en la que moriremos si nos cubre casi por completo al igual que si somos simplemente tocados por cualquier enemigo.
Rainbow Islands contiene una inmensa cantidad de items, siendo posible potenciar el movimiento del protagonista y su única arma, un rayo en forma de arcoíris que en base a los objetos adecuados adquiridos logrará un mayor alcance y velocidad. A lo largo de la partida veremos muchos otros que nos brindarán diversas ayudas, si bien la mayor parte solo nos otorgarán algo de puntuación adicional.

Hay, no obstante, una clase de item que quiero mencionar aparte: los diamantes. Son siete en total (rojo, naranja, amarillo, verde, azul claro, azul oscuro y violeta). Una vez recogidos todos, el juego nos recompensará con una vida extra. Pero eso no es todo ya que, si somos capaces de ir haciéndonos con ellos en orden, encontraremos en la sala del jefe de cada isla una puerta que nos dará acceso a una habitación secreta. En ella, además del correspondiente diamante gigante, podremos hacernos con una réplica igualmente enorme de determinados objetos que hará que su ventaja no desaparezca aunque muramos. Y no será necesario luchar para pasar a la siguiente isla.
Existen diez islas, aunque las tres últimas aparecerán solo si previamente hemos recogido los siete diamantes grandes. Cada una representa una temática diferente con enemigos únicos que sirven de homenaje a clásicos de la compañía como Fairyland Story o el mítico Arkanoid, poniendo de manifiesto el enorme y fantástico trabajo realizado para dotar a Rainbow Islands de un contenido sumamente variado.

Pero además los protagonistas, enemigos, escenarios e items gozan de un muy buen nivel de detalle. Todo ello se presenta en pantalla sin ralentizaciones a pesar de que, en muchos momentos, la acción implique numerosos elementos móviles al mismo tiempo.
Por otro lado, en lo referente al sonido, los diversos efectos utilizados ayudan a reforzar el tono desenfadado que impregna a todo el juego. Pero donde más se aprecia esto es en las melodías que escucharemos durante la partida. La primera es la más habitual dado que está presente en los siete primeros mundos. Los tres restantes cuentan cada uno con la suya propia, siendo la última totalmente reconocible para todo aquel que haya disfrutado de Bubble Bobble…

Antes de finalizar quiero contaros algo a modo de curiosidad. Un factor común en muchos videojuegos de éxito en la época fue que, tarde o temprano, acababan apareciendo versiones pirata de los mismos. Y Rainbow Islands no fue una excepción. Este Jumping (un nombre muy apropiado) presentaba modificaciones en el diseño del personaje y el arcoíris usado como arma fue sustituido por un arco de estrellas de colores. Idéntico cambio se aprecia en el contador de vidas, abajo a la izquierda pero, por lo demás, se trata del mismo juego.
Taito estuvo realmente inspirada a la hora de crear Rainbow Islands, como cualquiera que lo haya jugado puede constatar. Es imposible sacar algo negativo de este título porque todo en él está perfectamente ejecutado en cada uno de sus aspectos. Precioso en lo visual, con unas melodías que son una auténtica delicia y una jugabilidad sencilla pero increíblemente adictiva es, como dije al principio, uno de esos juegos perfectos que merece, y mucho, la pena disfrutar incluso a día de hoy.
