Syberia The World Before Logo

Era mi juego más deseado de los últimos años y finalmente llegó. Ya he podido disfrutar de Syberia: The World Before en PC a pesar de las limitaciones de mi máquina, que me han obligado a no poder aprovechar todo el potencial técnico del juego. Pero de ello hablaré llegado el momento, como también lo haré de lo que ha supuesto esta entrega para mí. Ahora os invito a adentraros conmigo en la, por ahora, última aventura de Kate Walker

Syberia: The World Before nos sitúa justo tras los hechos acaecidos en la tercera parte, en la que el viaje de Kate junto a los youkols no acaba de la mejor manera para ella y el autómata Oscar, cuyo corazón por fortuna logra recuperar antes de ser encerrada en una mina de sal, condenada a trabajos forzados. Pero no es su historia la única que se nos narra en esta ocasión pues también conoceremos la de la joven Dana Roze que, como ya comenté cuando analicé el prólogo, parece tener alguna conexión con Kate dado el gran parecido físico entre ambas.

Dependiendo del transcurso de la historia, controlaremos a una o a otra durante la mayor parte del juego. Pero no serán las únicas puesto que, en momentos puntuales, también haremos lo propio con otros personajes. Uno de ellos, Oscar, con ciertas particularidades que no mencionaré para no estropear la sorpresa.

Syberia: The World Before se puede jugar con mando o al estilo clásico de las aventuras gráficas de point & click, es decir, haciendo uso del ratón. Yo he optado por este último dado que no tengo otra cosa en el ordenador y he de decir que el manejo, con las acciones ya habituales en la saga, sin ser incómodo me ha resultado un poco pesado al no ser capaz de moverme con la libertad y rapidez que puedo desarrollar con el gamepad. Ello no significa por supuesto que sea malo, es simplemente falta de costumbre por mi parte.

Tanto Dana como Kate tienen un inventario propio en el que guardar los objetos y documentos que vamos encontrando, además de un resumen de los acontecimientos vividos hasta ese momento. Debido a las diferentes lineas temporales no es posible compartir nada entre ambas pero lo que sí que se puede hacer, y que es en mi opinión una de las grandes novedades de este The World Before en el apartado jugable, es entablar una singular colaboración entre Kate y Dana (u Oscar) para la resolución de puzzles. Así, en determinadas situaciones, podemos pasar de un personaje a otro para activar mecanismos, llegar a sitios concretos y encontrar objetos a los cuales Kate no pueda acceder por sí misma.

La mecánica de conversación es la misma que se implementó en Syberia 3, y consiste en ofrecer diversas opciones de diálogo, tanto para preguntar como a la hora de responder. En relación a esto último, si bien nuestra elección no afectará al desarrollo de la historia principal, sí hará que el personaje con el que conversamos reaccione de una manera o de otra hacia nosotros. Pero también habrá momentos para la introspección que harán que conozcamos mejor al personaje que estemos controlando, sus motivaciones y estado de ánimo, en lo que es una novedad más de esta cuarta entrega.

Me resulta muy complicado hablar del aspecto gráfico de Syberia: The World Before dado que, como dije antes, no he podido aprovecharlo en su plenitud en este sentido dadas las limitaciones de hardware de mi ordenador. Espero que las imágenes que acompañan a este análisis, junto a lo que diga yo al respecto, os sirvan para haceros una idea del gran nivel alcanzado por el equipo de desarrollo. Puede que haya títulos más punteros en este sentido, con un mayor nivel de detalle y realismo que el expresado aquí pero la belleza de los escenarios, tanto urbanos como de montaña, plasmada en The World Before, unida a una muy lograda ambientación a pesar de la muy escasa interacción con muchos de los personajes no jugables que vemos en las diferentes zonas, hacen que sea muy difícil no caer rendidos.

Los personajes, especialmente los principales y sobre todo Dana y la propia Kate, suponen un salto increíble respecto a lo visto en Syberia 3 gracias a un acabado realmente bueno que ya se puede apreciar incluso nada más poner el juego puesto que la efigie animada de una y otra aparecen en el menú principal en función de a quien estemos controlando en ese momento durante la partida. Parece evidente que el equipo ha conseguido superar los problemas que les causó la utilización de Unity hace unos años, herramienta de nuevo empleada en este ocasión con muy buenos resultados.

Pero si Syberia: The World Before es bello en lo visual, no lo es menos en lo sonoro. Inon Zur, compositor de la banda sonora, ha llegado a la excelencia en este sentido gracias a unas piezas musicales que consiguen emocionar profundamente. A este respecto me gustaría comentar que pronto estará disponible un pequeño libro con arreglos para piano de muchas de las melodías para que, quien lo quiera (y sepa), pueda tocarlas en dicho instrumento. No es mi caso pero me gustaría hacerme con él aunque sea por colección.

El juego cuenta con doblaje en varios idiomas, entre los cuales no se encuentra por desgracia el español pero los textos sí están traducidos. Esto ya sucedió con la pasada entrega y el doblaje nos llegó después mediante una actualización. Quizá suceda lo mismo en este caso pero lo cierto es que, en el momento de redactar este análisis, no hay nada oficial a este respecto. Si finalmente acaba llegando, bienvenido será pero si no pues tampoco pasa nada.

Sabéis que me gusta cerrar los análisis con una opinión personal del juego, aunque ya me he expresado en este sentido en algunos momentos. Pero en este caso me voy a explayar un poco más debido a lo que ha supuesto para mí esta entrega. Syberia: The World Before es el colofón perfecto a la obra del tristemente desaparecido Benoit Sokal, creador de la saga y, dado cómo termina, dudo mucho que vayamos a ver una quinta entrega en el futuro. No es que ello no sea posible, de hecho recuerdo haber pensado lo propio cuando acabó el anterior pero ahora mismo, quizá por el impacto que todavía siento, no le veo sentido. Qué duda cabe de que, de darse el caso, iría a por ella de cabeza pero también hay que ser conscientes de que todo tiene un final y el de la historia de Kate Walker parece haber llegado. Creo, además, que también ella se ha ganado al fin, después de muchas aventuras, su muy merecido descanso. Ojalá lo haya logrado.

Por mi parte, ahora me toca llenar ese vacío que su conclusión ha dejado en mí. Escribo estas últimas lineas al borde de las lágrimas (y no estoy exagerando en absoluto) porque creo que ya nada de lo que hay o habrá en el futuro va a estar a la altura. Sé que me seguiré entreteniendo con los videojuegos, que muchos los disfrutaré y que algunos me conseguirán emocionar en mayor o menor medida. Pero ninguno lo hará como este The World Before que es, desde ya y para mí, lo mejor que he vivido nunca. Tengo claro que nada que no sea un hipotético Syberia 5 conseguirá ya siquiera igualar lo que me ha supuesto esta entrega y, para bien y para mal, me tocará vivir con ello el resto de mis días. No obstante, y como la propia Kate Walker seguro haría, seguiremos adelante pase lo que pase.

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