Desde que decidí dar el salto y dejar atrás el pasado he tratado de dedicar mis artículos a lo más actual pero ello no siempre es posible. Por ello hoy echo la vista unos años atrás para hablaros de Viva Piñata, un curioso título exclusivo de Xbox 360 en consolas con el que Rare, compañía famosa por clásicos de plataformas como Banjo & Kazooie o Conker, se desmarcaba de dicho género para ofrecer una propuesta de estrategia y gestión en tiempo real apta incluso para gente como yo, que siempre me he mantenido al margen debido a lo mal que se me dan, si bien de vez en cuando puede haber, como es el caso, una excepción.

Pero antes de introducirnos en el meollo, cabe destacar que Viva Piñata no es solo un juego. Microsoft trató de crear una franquicia que fuera más allá y por ello, además de otras dos entregas (una secuela directa y un “party game”), vio la luz una serie animada en 3D que narraría las peripecias de varias piñatas en la isla con un marcado toque de humor. Dicha serie, probablemente a causa de su discreto “éxito”, no llegó, al menos que yo sepa, a emitirse aquí en España ni, por supuesto, a doblarse al castellano pero yo pude ver unos cuantos capítulos en su versión original en inglés y no estaba nada mal. Como detalle curioso añadiré que ambos, juego y serie, comparten la misma secuencia de introducción.
Volviendo al título en sí, Viva Piñata es como dije un juego de estrategia y gestión en el que nuestra misión es crear, cuidar y hacer evolucionar un en principio pequeño y destrozado jardín y, naturalmente, a sus futuros residentes. Armados con una pala especial que se nos entrega nada más empezar, prepararemos el suelo para poder plantar en él, cubrirlo con hierba o crear estanques de agua que atraigan a diversas especies. También disponemos de un diario en el que quedará registrado nuestro progreso, amén de información relevante sobre las piñatas, personajes y cualquier otro elemento que hayamos descubierto y/o utilizado.

Cada una requiere de ciertos elementos para, en este orden, hacer acto de aparición, visitar el jardín, quedarse como residente y finalmente enamorarse para, así, procrear un nuevo miembro. Conviene mencionar que esta última fase, la del enamoramiento, conlleva completar un minijuego en el que hay que recorrer un camino que varía según el tipo de piñata, superando obstáculos, con el fin de que la piñata que manejemos se una a su pareja. Tenemos un número limitado de vidas, que se reduce a medida que vamos aumentando la familia.
Todas estas acciones y muchas otras nos dan premios que harán que subamos de nivel, lo cual desbloquea a su vez nuevas opciones que nos ayudarán en el trabajo y que incluyen, además de ciertas mejoras, la presencia y disponibilidad de un variopinto grupo de personajes cuyo servicio será esencial. Gracias a ellos podremos comprar y vender artículos, modificar otros, construir casas para las piñatas, cazar aquellas que ya hayan sido residentes antes e incluso curar, si lo deseamos, a las que caigan enfermas. Por desgracia (para el jugador), también hay entidades malévolas que intentarán causar daños y que habremos de tratar de mantener lejos del jardín.

Dada la enorme cantidad de especies y sus múltiples necesidades, es posible disponer de más de un jardín sin por ello tener que empezar de cero en cada uno. Esto permite experimentar con diferentes entornos pero hay que tener en cuenta el dinero que tenemos pues, a más espacios, más recursos serán necesarios. Eso sí, no podemos “vender” jardines para obtener beneficios, por lo que tampoco hay que volverse loco con esto.
En lo que se refiere a la jugabilidad, he omitido hasta ahora todo lo relacionado con la vertiente online dado que dichas opciones, debido a evidentes razones, ya no se encuentran disponibles o están muy limitadas pero, en su momento, era posible comerciar con otros usuarios tanto con artículos como con las propias piñatas. Pero como es algo que no sé si puede o no hacerse a día de hoy, no profundizaré más en ello.

Vamos, ahora sí, a ver cómo es Viva Piñata tanto a nivel gráfico como sonoro. En lo primero resulta, como se aprecia en las imágenes que acompañan a este texto, muy llamativo gracias a un efecto muy logrado de textura de papel que conforman el aspecto de todas las piñatas y elementos como el césped. El resto de cosas (árboles, casas, personajes, flores, objetos de adorno, etc), pese a que mantienen un estilo desenfadado, presentan una apariencia diferente, más sólida, que no obstante no desentona nada en el conjunto.
Todo se mueve con suavidad salvo por pequeñas ralentizaciones que se producen especialmente en los momentos en los que se guarda la partida de manera automática. Igual se percibe la transición día/noche y la meteorología cambiante, si bien esto último no pasa de ser un adorno estético sin influencia directa o indirecta en cuanto haya en el jardín en cada momento. Dicho de otro modo, que llueva o haga sol no interfiere en absoluto en el comportamiento de las piñatas o los ayudantes que hayamos contratado.

En cuanto al sonido, Viva Piñata presenta, junto a la traducción de los textos, un muy buen doblaje a nuestro idioma que dota de carácter propio a cada uno de los personajes que moran en el lugar. Por otra parte, cada especie también expresa sensaciones, positivas y negativas, de manera clara y distintiva. Melodías sencillas y suaves nos acompañan en algunos momentos que crean con su presencia un ambiente acogedor incluso si la estancia no es del todo agradable para algunos de los residentes.
Viva Piñata es un juego de 2006 pero sigue disponible actualmente no solo en su formato original (de segunda mano, eso sí), también a través del servicio Xbox Game Pass que es donde yo estoy jugándolo últimamente, merced a lo que lo he podido avanzar lo bastante como para redactar este análisis, uno de los más grandes que he escrito últimamente. Si os ha picado la curiosidad porque en su momento no lo conocisteis o bien porque, como ha sido mi caso, os apetezca volver a él, no está de más recordarlo.
