Remasterizaciones

Las remasterizaciones están de moda, y no son pocos los juegos que han recibido su correspondiente “nueva” entrega para sistemas actuales. Se ha abierto un nuevo nicho de negocio para las compañías porque se ha generado una inesperada demanda por parte de los usuarios, a los cuales les atrae la idea de volver a disfrutar de juegos antiguos, adaptados en mayor o menor medida a la tecnología actual. En el artículo de hoy expongo mi opinión sobre el tema y trataré de responder a la pregunta que da título al mismo: ¿son las remasterizaciones algo bueno o malo?

Qué es una remasterización

Las remasterizaciones son versiones actualizadas de un producto audiovisual, en este caso los videojuegos, cuyo formato original no cumple los estándares actuales. Ejemplo de esto son los títulos anteriores a la aparición de las pantallas panorámicas o, si nos vamos más hacia atrás en el tiempo, al sistema de control analógico. De este modo, para que puedan ser jugados y disfrutados conforme a lo que se demanda hoy, los responsables de estas nuevas versiones llevan a cabo los pertinentes cambios para su adaptación.

Una creciente demanda

En la actualidad se está produciendo un curioso fenómeno, pues parece claro que la gente gusta de esta clase de productos ya que, de lo contrario, no habrían emergido como lo han hecho. Sin embargo, no son pocas las voces en contra de la proliferación de remasterizaciones y/o remakes, que son otra cosa distinta aunque parta con un objetivo similar. Tanto partidarios como detractores tienen argumentos para defender sus respectivas posturas, que pasaré a comentar a continuación…

El principal punto de quienes defienden su existencia se basa en la preservación y la posibilidad de que los más jóvenes disfruten aquello que no pudieron conocer en su momento. Por otra parte, las mejoras técnicas las hacen atractivas tanto para estos como para los veteranos que pueden volver a jugar títulos clásicos con aspectos renovados. Y, por supuesto, las compañías se muestran encantadas porque continúan sacando rédito de unas propiedades intelectuales en muchos casos abandonadas hasta ese momento.

No gustan a todo el mundo

Pero quienes las critican lo hacen sobre todo por el abuso que se está produciendo de las mismas. Pero lo cierto es que para una compañía o estudio de desarrollo es mucho más sencillo adaptar algo ya creado que hacerlo desde cero, sobre todo si ese algo ya tuvo gran acogida en su época o forma parte de una franquicia bien asentada. Esta gente quiere cosas nuevas, sino en lo jugable donde es más complicado innovar, sí en cuanto a nombres e historias.

Las remasterizaciones son un producto de su tiempo. Así las defino puesto que nunca antes las habíamos tenido. No al menos en la forma y frecuencia que vemos hoy. Algunos pensarán que hasta ahora no eran posibles aunque esto es bastante cuestionable. Lo que sí es cierto es que jamás hasta ahora nos habíamos planteado dicha posibilidad. Los juegos tenían su momento y era nuestra elección volver o no a usarlos pasado el tiempo. No hacía falta, pues, que la industria nos brindase esa oportunidad, pasando previamente por caja, naturalmente.

Ahora, renegar por completo de las mismas teniendo en cuenta lo complicado que puede ser acceder al material original no es tampoco quizá lo más idóneo. La clave está en saber en qué casos está más justificada la reedición pero, como casi siempre, los usuarios acabamos tirando más de corazón que de cabeza, especialmente si lo que se nos ofrece es algo de lo que guardamos muy buen recuerdo. A veces es difícil resistirse…

Todo, en su justa medida

Entonces, ¿son las remasterizaciones algo bueno o no? Depende de cómo se mire porque tanto quienes las disfrutan como los que no tienen su cierto punto de razón. El problema radica en nuestra cultura de consumo, que propicia la salida de una alta cantidad de productos similares en el momento en el que hay uno que tiene éxito. Dicho de otro modo, cuando algo destaca no tarda en llegar toda una retahíla de parte de aquellos que ansían su parte del pastel. Y mientras el público demande se le seguirá sirviendo, es evidente.

Yo comparto ambos puntos de vista, lo que no me impide llegado el caso disfrutar de las remasterizaciones a la vez que critico su excesiva presencia en el mercado actual. Adopto pues una postura intermedia, tratando en este caso de no situarme en uno de los dos extremos. Otra cosa es, como he mencionado, que en base a mis gustos propios juzgue si merece o no la pena su adquisición porque no me parece mal que salgan juegos “retro” remasterizados pero tampoco me gusta que se saquen versiones de una sola generación de diferencia, como hemos visto ya que ha pasado con varios títulos.

Al final, como siempre, es algo personal

Así que, a la pregunta de si las remasterizaciones son algo bueno o malo para los usuarios y la propia industria, no puedo daros una respuesta clara y firme porque, como dije, depende de nuestra concepción y forma de disfrutar esta afición que lo veamos de manera positiva o negativa. Son a fin de cuentas una opción más que, aunque no necesaria, tampoco se puede decir que sobre como sí lo hacen muchas otras cosas por las que estamos, por desgracia ahí sí, obligados a pasar porque no hay posibilidad de elección

Si te ha gustado este artículo, compártelo 👍🏻
0
0

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *