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Saga Project Gotham Racing (2, 3 y 4)

Hace poco analicé Metropolis Street Racer, gran juego de conducción que fue, como ya comenté, la semilla de la que nació Project Gotham Racing en la primera Xbox. Pero hoy quiero hablaros de las secuelas de dicho juego que no estuvieron, para mí al menos, ni de lejos a la altura del original. A día de hoy sigo pensando que esto fue, en gran medida, la principal causa de la desaparición de Bizarre Creations, estudio que ya no levantaría cabeza desde el fiasco que supuso Project Gotham Racing 3…

La saga comenzó su caída bien pronto

Pero antes de hablar de este y su secuela, voy a comentar un poco sobre el anterior juego, Project Gotham Racing 2, que si bien y a tenor de lo poco que lo pude jugar no me parece un mal título, tampoco me enganchó como sí lo hiciera (y de qué modo) la primera entrega, que es la única de toda la saga que aún conservo.

Fuera por limitaciones de la máquina o bien del propio desarrollo, el caso es que en esta entrega cambiaron algunas cosas que no me gustaron mucho. Y la que más me dolió por entonces fue la bajada de FPS o imágenes por segundo.

Nunca acepté la rebaja de la tasa de imágenes

Por aquella época era un aspecto al que le otorgaba cierta importancia, sobre todo en los títulos de carreras, y no me sentó nada bien pasar de los 60 FPS del original a la mitad, a pesar del hecho de que luego el juego se moviera con suavidad, es decir, sin tirones, pero la diferencia estaba ahí y se notaba. También elevaron bastante la dificultad y si bien incluyeron más ciudades, entre ellas Barcelona, la cantidad de rutas disponibles en cada una se vio sustancialmente reducida.

Estos aspectos que en su momento critiqué con dureza ya no son actualmente tan relevantes para mí, por lo que podría si así lo quisiera darle otra oportunidad, pero no creo que lo haga dado el desapego hacia la saga que me produjeron paulatinamente sus dos siguientes entregas, siendo la primera sin duda un juego que llegó al mercado sin pulir porque debía ser título de lanzamiento de una nueva consola.

La tercera entrega, un juego mal planteado y sin terminar

Project Gotham Racing 3 se puso a la venta junto a la Xbox 360 en diciembre de 2005 y es justo reconocer que su aspecto visual asombraba por el salto que supone respecto a la entrega anterior. Pero, como por desgracia suele pasar, la bonita fachada oculta numerosas carencias y problemas que no tardan en dejarse ver y que afectan especialmente al que es el apartado más importante de un videojuego: la jugabilidad.

Sin esencia, sin alma, sin Kudos

No quiero decir con esto que el juego se controle mal, pero la experiencia que ofrece está muy lejos de la de sus predecesores por culpa de ciertos cambios en su propuesta que hacen que su esencia original se diluya como el azucarillo en el café. Y es así porque los Kudos, ese elemento que dotaba de personalidad propia a la saga, pierde toda la importancia que siempre tuvo al dejar de ser útil para la adquisición de nuevos vehículos, algo para lo que se usan los créditos que obtenemos por ganar o al menos acabar la carrera en una buena posición.

Por si esto no fuera suficiente, se da también la circunstancia de que es posible comprar cualquier modelo desde el principio, lo que rompe por completo con el hasta entonces tradicional sistema de progresión que nos iba abriendo camino poco a poco. Basta por ello con ahorrar y comprar el coche más caro para, a continuación, jugar todo el tiempo con él puesto que no hay restricciones. Y si las hay, dado que estoy hablando de memoria y no lo recuerdo todo, desde luego son escasas.

Un juego en red caótico

Esto se veía sobre todo en las partidas online donde todo el mundo tenía los coches más potentes desde el inicio. Partidas, por cierto, cuyo arranque era siempre un caos debido a lo fácil que era, quisieras o no hacerlo, empujar al rival que tenías delante, lo que lo hacía girarse por completo y perder con ello toda posibilidad de seguir en carrera. Todavía recuerdo las broncas que se daban a causa de esto…

Sumemos a esto el tedio que producen unos tiempos de carga absolutamente desmedidos que, para mayor desesperación, se producen incluso en los casos en los que reiniciemos la carrera, haciendo que a la larga uno acabe casi más tiempo esperando que jugando.

Aspectos menores como la excesiva presencia de grandes deportivos en detrimento de otros coches más, digamos, normales, la total ausencia de condiciones climáticas diversas que sí estaban presentes en los juegos anteriores o la inclusión de detalles visuales como el quizá por muchos demandado público situado tras las correspondientes vallas de protección o en las gradas colocadas en ciertos puntos de un trazado urbano reconvertido en una pista de carreras, quedan ensombrecidos por todo lo dicho antes.

Projecth Gotham Racing 4 arregló el desastre… en parte

Algunos de estos cambios fueron pulidos, ya con más calma y tiempo de desarrollo, en la cuarta y última entrega de la saga, donde no solo vemos un aspecto visual aún más realista sino también novedades como la presencia de motocicletas que reconozco que en un primer momento llamaron mi atención pero que, cuando tuve al fin la oportunidad de usar, descubrí que eran lo peor tanto por un control pésimo como por el hecho de que, como es de esperar, cualquier accidente fuerte te deja fuera de carrera, lo que se trata de compensar haciendo que corran más que muchos coches pero claro, a más velocidad, menos control y más accidentes. Sobre todo en las partidas en red, donde el que llevase moto estaba vendido a las primeras de cambio.

Al final pasó lo que tenía que pasar

Poco importa que se solucionaran los problemas del título anterior porque Project Gotham Racing 4 no solo mantiene el enfoque de este sino que lo empeora, y es por eso que la saga acabó muriendo y con ella, como dije al principio, el propio estudio que la creó. Durante un tiempo hubo rumores sobre las intenciones de Microsoft de resucitarla pero con su silencio han demostrado que no tienen el más mínimo interés en hacerlo y por ello duerme en el fondo de un cajón, olvidada tanto por la compañía como por los usuarios, de los cuales pocos nos acordamos de que hubo un tiempo en el que fue un referente del género. Pero un buen día alguien en Bizarre Creations tuvo la genial idea de cambiar aquello que hasta ese momento había funcionado, con el triste resultado final de sobra conocido por todos.

Project Gotham Racing es una saga que en mi opinión no debe regresar si va a hacerlo tal cómo se fue. Y dada la tendencia actual de juego competitivo en la que no tiene cabida conducir con estilo sino simplemente ganar, dudo mucho que algún día vuelva a ver la luz. Y, sinceramente, creo que es mejor que sea así. 

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