Syberia WB 20 años

Era cuestión de tiempo que llegase este día, y ya no habrá marcha atrás. Hoy me despido de algo que ha estado conmigo durante la práctica totalidad de mi vida como usuario de videojuegos o gamer, que es como se nos llama actualmente a quienes disfrutamos de los mismos en la medida que sea y de la manera que cada uno considera conveniente. En mi caso diciendo adiós a un formato que, en sus diversas variantes (cinta de cassette, cartucho o disco) me ha permitido vivir multitud de experiencias a lo largo de más de 30 años. El título que podéis ver en la imagen que sirve de cabecera de este post, cuyo análisis publiqué en su momento y podéis leer aquí es y será, salvo posibles excepciones de las que hablaré al final, el último juego físico de mi colección.

No obstante, y pese a todo lo que ha significado, lo cierto es que no voy a echar de menos su presencia puesto que los cambios que se han producido en el desarrollo de los videojuegos, en su diseño como producto donde las actualizaciones de cualquier tipo (sean para añadir o modificar contenido, o para solucionar problemas) y también la obligada instalación en disco duro se han convertido en el pan de cada día, los formatos tradicionales cerrados y por tanto inmodificables han perdido su razón de ser.

En consecuencia, y aún con sus puntos negativos, ya sale más a cuenta acceder al material directamente en su versión digital. Muchos dieron antes este paso y más serán todavía los que vendrán después, lo que acabará condenando a lo físico a su absoluta e inevitable desaparición. Todo esto siempre y cuando se quiera estar al día en este mundo del videojuego, dado que siempre estará la opción de volver la vista atrás y quedarse anclado en el pasado

Por supuesto, es una decisión personal de cada uno y la mía ha sido, como he comentado antes, pasar definitivamente a un formato que, desde hace un tiempo, no solo me ha despreocupado de la adquisición de juegos en las tiendas físicas sino que también me ha procurado el acceso a servicios como PlayStation Plus y Xbox Game Pass, donde he tenido ocasión de probar títulos a los que ni me habría acercado a la manera tradicional, si bien luego he terminado adquiriendo algunos, los que más me han gustado, para poder conservarlos. Y aunque el espacio en disco no es un problema para mí, poder hacer uso de la Nube para no tener que almacenar el juego que vaya a utilizar o tener la opción de hacerlo en más de un dispositivo son aspectos que también suponen un aliciente.

No son pocas las dudas que a menudo nos embargan cuando llega el cambio a nuestras vidas, pero hay ocasiones en las que podemos tenerlo muy claro, y esta es una de ellas en lo que a mi experiencia se refiere. El formato físico forma ya parte de mi pasado y no volverá. Al menos en un principio porque puede que sí lo haga si las excepciones que he mencionado al inicio se hacen algún día realidad. Estas excepciones serían una nueva entrega de la saga Syberia o nuevas versiones, ya fuesen remasterizaciones o “remakes”, de las anteriores a The World Before. Como fan absoluto que soy del universo creado por el fallecido Benoit Sokal, no tendría reparos en adquirirlo todo en formato físico para, obviamente, disfrutarlo pero también como objetos de colección.

Sin embargo, teniendo en cuenta el devenir de la industria parece evidente, así lo pienso, que todo ese material, de ver la luz en el futuro, ya lo hará única y exclusivamente de manera digital.

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