Xenon Racer Logo

Dentro del género de conducción, la simulación es la opción preferida por muchos usuarios que buscan sensaciones lo más fieles a la realidad y no son pocos los títulos que tratan de ofrecerlas. Pero también está la vertiente más desenfadada, que no se preocupa por muchos de los detalles que sí se tienen en cuenta a la hora de ponerse a los mandos de un vehículo en los simuladores. El objetivo de los juegos arcade es brindar una diversión directa y sin complicaciones, y si bien pueden existir ciertas reglas o mecánicas concretas, lo único que de verdad importa para ganar es correr a toda velocidad y ser el más rápido. Esto último es lo que ofrece este título llamado Xenon Racer que me dispongo a analizar.

Xenon Racer nos sitúa en un hipotético futuro, no muy lejano, en el que el coche eléctrico es el rey absoluto de las competiciones que tienen lugar en diversos lugares del mundo, en escenarios ficticios pero inspirados en sitios reales. Todos estos enclaves cuentan con anchas pistas que permiten a los vehículos desarrollar una enorme velocidad, superior en ocasiones a los 400 kilómetros por hora, donde los corredores (y por tanto los jugadores) descargan toda su adrenalina.

Cada uno de los vehículos dispone de dos versiones, una normal y otra de rendimiento. Algunos de sus componentes son modificables y los podemos personalizar a medida que obtenemos las piezas correspondientes, sea ganando carreras o jugando en cada uno de los distintos modos con los que cuenta el título. Existe, además, la posibilidad de cambiar el color de la carrocería y de otros elementos para, así, dotar a nuestro coche de su propia personalidad.

Como buen arcade, el manejo de los vehículos es sencillo de aprender, no tanto de dominar (especialmente cuando hagamos uso de los turbos), si bien no requiere demasiada pericia. Esto no significa sin embargo que podamos correr a lo loco, pues el vehículo sufrirá daños con cada impacto, reduciendo un porcentaje de aguante que podemos ver en el ángulo inferior izquierdo y que, si llega a cero, se reiniciará y nos situará en el centro de la pista, obligándonos a recuperar el tiempo y terreno perdidos.

Xenon Racer cuenta con un elaborado diseño de vehículos y escenarios, disponiendo estos últimos de diferentes condiciones ambientales. No obstante, elementos como el público están mucho menos trabajados pero, dada la enorme velocidad que alcanzan los vehículos, este y otros detalles pasan desapercibidos durante las carreras y solo son visibles al final de las mismas, cuando las cámaras están fijas.

En el apartado sonoro poco hay que decir ya que además de los efectos de los vehículos, que suenan lo suyo pese a su condición eléctrica, las distintas piezas musicales cumplen su cometido de ambientar la acción sin destacar especialmente al tiempo que el “speaker” comenta, en inglés, no solo la salida y llegada sino también determinados momentos como, por ejemplo, un excelente adelantamiento o choques demasiado abruptos. Por otro lado, una voz femenina nos irá diciendo cuando tenemos el turbo completamente cargado y listo para su uso.

Lo cierto es que Xenon Racer no destaca por su originalidad puesto que títulos similares hay unos cuantos, pero no por ello deja de ser un buen arcade de carreras que creo que gustará a los fans del género. Si estáis entre ellos, quizá después de haber leído este análisis os interese darle una oportunidad. 

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