Vientos de cambio

Ya llevaba tiempo sin escribir nada de carácter personal en el blog y creo que este será un buen momento para hacerlo, teniendo en cuenta lo que voy a contaros. No tardaréis mucho en comprender el por qué del título de este post, en el que os voy a hablar de mi actual percepción del mundillo del videojuego, la cual ha ido cambiando poco a poco con el tiempo y me está llevando por derroteros que, hasta no hace mucho, había procurado evitar porque, dado que la evolución no puede detenerse, seguir en esto implica adaptarse al cambio. Ello, si bien no supone renegar de los viejos conceptos, sí conlleva al menos ser más flexible con algunas cosas. Quedaos para descubrir a qué me refiero exactamente…

Todo cambia, y resistirse a ello es inútil

Quienes me conocéis y seguís sabéis de sobra que siempre he defendido las formas tradicionales de disfrute de este ocio pero, como sucede con todo en esta vida, también estas cambian con el paso del tiempo y los avances técnicos con los que, a su vez, surgen nuevos modelos que, poco a poco, van encontrando su sitio. Muchos son los cambios que se han ido produciendo con los años pero creo que, hasta hace relativamente poco, nunca antes habíamos sentido y expresado los usuarios un rechazo significativo hacia estos. No deja de ser llamativo cómo muchos de quienes ya tenemos una edad hemos comenzado de pronto a mostrar ciertas reticencias en base a los aspectos negativos de aquello que criticamos sin dar idéntica o mayor importancia a los positivos, que también los hay.

Pero lo cierto es que obcecarse en una postura no lleva a ninguna parte porque lo que es lo seguirá siendo a pesar de lo que pensemos al respecto. Dicho de otro modo, por muy cabezones que nos pongamos, eso que no nos gusta va a seguir ahí y no serán pocos los que se dedicarán a disfrutarlo mientras otros nos amargamos. Ocurre con los juegos (estamos hartos de verlo en las redes sociales) y, por supuesto, con cualquier otro ámbito de este mundillo, del resto de formas de entretenimiento y muchos otros asuntos. Al final cada uno obrará según sus propias ideas pero lo que trato de decir es que estas no tienen por qué ser siempre las mismas. Se puede cambiar y, de hecho, creo que es bueno hacerlo. Ya lo dice el refrán: rectificar es de sabios…

Al final todo acaba cediendo. Las personas también.

Me gusta recurrir a metáforas para expresar mis pensamientos. A este respecto se me ocurre comparar mi situación con una dura roca, la más firme del mundo, que se mantiene en apariencia inamovible con el paso del tiempo. Sin embargo, y aunque sea lenta e imperceptiblemente, la roca va cambiando a causa de la erosión producida por el viento, la lluvia, el frío, el calor y cualquier otro fenómeno atmosférico y/o geológico que se produce en la zona. En consecuencia, y aunque se empecine en mantenerse en su postura, la roca se ve finalmente obligada a doblegarse por influencias externas y eso es lo mismo que nos sucede a las personas que, por diversas razones, acabamos cambiando de parecer en lo tocante a uno o varios aspectos.

Vale, diréis, pero tal vez os estaréis preguntando a qué cambios me refiero. Pues estoy hablando de mi, hasta hace poco, firme negativa a aceptar el streaming como una forma válida de disfrute de los videojuegos debido a, entre otras cosas, cuanto ello supone en términos de disponibilidad futura del material. Pero sé que es el futuro y que habrá que convivir con ello, por lo que he tomado la determinación de ir haciéndome a la idea de la mejor manera posible: haciendo uso de este servicio con la esperanza de hallar ese lado bueno que ha de tener. Por ello decidí, como usuario de PlayStation 4 que soy, suscribirme a PS Now de manera mensual. Y he de decir que, aunque en las pruebas anteriores mis sensaciones no habían sido malas pero tampoco buenas, parece que le estoy cogiendo poco a poco el gusto a jugar de esta forma.

Incluso aquello que menos gusta tiene su lado bueno

Ello no significa que vaya a dejar de lado las demás, claro está. Pero en absoluto me inquieta reconocer que quizá estaba equivocado sobre este asunto al menos en lo tocante a poder disfrutar de los videojuegos aunque no vaya a tenerlos en mi poder (cosa que, me gusta recalcar, ya hacíamos en tiempos de los salones recreativos). De hecho, y precisamente gracias a no tener que comprarlos, estoy pudiendo probar títulos a los que antes no me había acercado y lo cierto es que en alguno estoy encontrando un entretenimiento que no esperaba en absoluto. Jugar por streaming se está convirtiendo en una opción a tener en cuenta aunque la prioridad siga siendo la adquisición, a ser posible en formato físico siempre y cuando no me vea obligado a según qué cosas.

No sé qué pensaréis algunos teniendo en cuenta mi trayectoria hasta ahora. Es decir, sé que he dado mucho la vara con el tema y ahora, sin embargo, estoy capitulando y abrazando aquello que antes rechazaba. Quizá decepcione o todo lo contrario, eso dependerá de cómo lo vea cada uno, pero al final no deja de ser mi propia experiencia y creo que tampoco es necesario justificarlo. Simplemente es un paso más en un camino que hace mucho decidí recorrer y que no quisiera abandonar a no ser que algo muy poderoso me obligue a ello. 

Si te ha gustado este artículo, compártelo 👍🏻
0
0

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *