Partitura piano

A estas alturas es complicado, por no decir imposible, ser original a la hora de hablar de algo que lleva tanto tiempo con nosotros. No obstante, creo que ya sea porque lo consideramos normal, que está ahí desde siempre o porque nos centramos en otros aspectos, creo que no damos la importancia que merece a algo que, de no hacerse de la manera adecuada, puede cambiar por completo la experiencia que ofrece, en este caso, un determinado videojuego. Ese algo del que parece que muchas veces subestimamos su inmenso poder es la música, y hoy me gustaría reflexionar sobre este asunto.

Generadora de sentimientos y emociones

Sigue sorprendiéndome, y creo que lo hará siempre, cómo un conjunto de sonidos de diversa escala, tono y origen, unidos en perfecta armonía, evocan en cada uno de nosotros las emociones más variadas, desde la alegría hasta la tristeza, desde la tensión a la más profunda calma, desde la ira a la paz. Su capacidad para ambientar cada instante vivido, para sumergirnos en mundos y universos, está fuera de toda duda y aún así son relativamente pocos los juegos que recordamos especialmente por sus respectivas bandas sonoras. Menos aún aquellos que nos atrajeron por esto más que por su apartado visual o propuesta jugable.

Diferentes ambientes y situaciones requieren de una música distinta en cada uno

Y eso ocurre porque, como es obvio, resulta más sencillo recordar las imágenes que los sonidos, a pesar de que lo que vemos nos lleva de inmediato a lo escuchado, y viceversa, lo cual evidencia la relación que existe entre ambos aspectos. Sin embargo, al hablar de un juego seguimos priorizando los gráficos por encima de la música, o eso es lo que da a entender la inmensa mayoría de análisis que podemos encontrar en la red.

Su evolución a través del tiempo

Es curioso por otro lado ver cómo ha cambiado este aspecto a lo largo de los años, si bien esta evolución se frenó a mediados de los años 90 cuando, gracias al formato óptico, la música pasó de ser «creada» en la máquina a grabarse en un estudio con instrumentos reales, al igual que cualquier otro trabajo de la época. En la actualidad, los cada vez más completos programas de edición de sonido permiten crear composiciones sumamente elaboradas sin tener que recurrir a una orquesta.

Un ejemplo de música licenciada para un videojuego

Dos industrias unidas

No son pocos los que llevan viendo, desde hace años, el potencial que la música tiene para atraer al público. Y la prueba más clara de esto es la enorme cantidad de temas licenciados que podemos encontrar en multitud de títulos, utilizados con dos fines: el primero, el de dotar de mayor realismo al juego en el que se incluyen al permitir al usuario disfrutar de algo que se encuentra presente en el mundo real y, el segundo, como elemento publicitario o de marketing tanto para la empresa que desarrolla el título como para la persona o grupo responsable de la música que se escuchará en él. Esto último ha generado problemas cuando dichas licencias expiran y no se renuevan, pero no toca hablar hoy de ello.

Un aspecto que merece más atención

Con lo que debemos quedarnos es con lo realmente importante, que es la música en sí y, más aún, lo que nos hace sentir en cada momento. Creo que, en una justa escala de valoración de cada uno de los distintos apartados de un videojuego, el sonoro está a la par con el gráfico e incluso, en según qué situaciones y/o casos, por encima porque ni el más bello de los escenarios ni la más épica escena lograrán su cometido si no vienen vestidas con una banda sonora acorde mientras que esta última, por contra, es perfectamente capaz de convertir en algo bueno lo en apariencia mediocre, y por eso soy de la opinión de que la música debería tener más peso del que se da a entender a día de hoy a la hora de hablar de un juego.

La fórmula a seguir: cada melodía en su adecuado contexto

Pienso que lo expuesto hoy en el blog es algo que cualquier persona entiende pero para quienes, pese a todo, puedan albergar dudas al respecto, propongo un sencillo experimento: visualizar un vídeo, ya sea película o juego, con diferentes melodías de fondo peguen o no con lo mostrado en pantalla, y estoy seguro de que serán entonces conscientes de la verdadera importancia que tiene la música, bien sea como parte de una obra audiovisual o por sí misma, y cuánto influye en nuestra vida, pues no podemos concebir esta sin su armónica presencia

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